El Valle Salado de Añana

Monumento natural en Gesaltza Añana
Lugar de interés creado por: Ruralzoom
Compartir:
Guardar en favoritos:

Fotografías de El Valle Salado de Añana

Tipo de lugar de interés: Monumento natural

Ruralzoom

Ver perfil
comments

Rango de

Trotamundos

Profesional de turismo

Lugar de interés publicado: 19/08/2021

Este lugar ha sido visto: 63 veces

Han estado: 0 viajeros

Quieren ir: 0 viajeros

Descripción

Hace unos 200 millones de años el mar bañaba Salinas de Añana. Hoy la costa se encuentra a unos 80 kilómetros de esta localidad que, desde hace más de 6.500 años es productora de, según Estrellas Michelín de nuestro país y expertos internacionales, la mejor sal del mundo.

Salinas de Añana es una localidad situada a unos 30 kilómetros de Vitoria. Es la villa más antigua de Álava desde que se fundó en 1126 por Alfonso I. Aunque su nombre originario era Añana, hoy solo se nombra así al municipio, que está formado por Salinas de Añana y Atiega. En 1857 el pueblo es rebautizado y se le añade el “Salinas de” gracias, precisamente, a la explotación de las salinas.

La sal ha sido muy importante históricamente hablando. Se trata de la única roca comestible usada por el ser humano que ha servido para incorporarla a nuestra alimentación sirviendo, además, de moneda de cambio. De aquí, precisamente, surge la palabra “salario”, puesto que era con lo que se pagaba a los trabajadores. Es tan importante que es considerada como “oro blanco”. Pero, empecemos por el principio.

En la Prehistoria, los hombres ya producían sal en el Valle Salado. El método que utilizaban consistía en introducir la salmuera (agua con una concentración de sal superior al 5%) en unas ollas de barro que colocaban sobre el fuego. De esta forma se forzaba a la evaporación del agua, quedando la sal cristalizada en el interior. Quedaba tan compactada que, para extraerla, era necesario romper las ollas.

Pero no fue hasta el siglo I a.C. que el sistema de producción pasó de ser forzado a natural. Es decir, a partir de este momento la sal no era expuesta al fuego para forzar la evaporación. Más bien se trataba de que el proceso fuera totalmente natural. El caudal de cuatro manantiales distribuía la sal a través de una red de canales de madera con una longitud de unos 4 kilómetros, donde la gravedad hacía su trabajo, hasta los pozos que los salineros tenían en sus granjas. Cada salinero tenía un asignado un horario en el que debía redirigir la salmuera a su pozo. Una vez pasado el tiempo correspondiente, debía interrumpir el caudal que accedía a su granja para dar paso al siguiente. Después, se vertía en las eras y, con ayuda de un rodillo (una especie de rastrillo), se removía para que no quedara apelmazado y se cristalizara cuanto antes, se dejaba reposar unas horas y, de este modo, el sol y el viento se encargaban de dejar al descubierto la sal, que se recogía y, finalmente se almacenaba para su posterior distribución, contribuyendo a su completo secado hasta el final de la temporada. Es cierto que la construcción del sistema resultaba algo caro, pero compensaba multiplicando exponencialmente la producción de este preciado mineral.

Este proceso solo es posible durante los meses de verano o, más bien, cuando las condiciones meteorológicas lo permiten, ya que ni las lluvias, ni el frío, ni las altas temperaturas favorecen la producción. Unas temperaturas óptimas rondarían entre los 23 y 28 grados. El resto del año se procede a realizar el mantenimiento de las salinas, pensando ya en la temporada siguiente.

Cuando el mercado de la sal dejó de ser un monopolio, comenzaron las competencias y todo el mundo quería comercializar sal de la manera más barata posible. Esto llevó a que el Valle Salado tomara medidas y se adaptara a las circunstancias, abaratando costes y descuidando lo tradicional. Hasta que su estado, por dejadez, fue empeorando. Por suerte, a finales del siglo XX, una serie de instituciones y la Fundación Valle de Añana a la cabeza, ponen en marcha el resurgimiento del Valle Salado, recuperando la tradición.

Algunos de los mejores cocineros de nuestro país, como Berasategui, Eneko Atxa, Joan Roca, Dani García, tienen sus granjas en Salinas de Añanas y se han convertido en auténticos embajadores de la sal de esta localidad, llevando el Valle Salado más allá de nuestras fronteras.

Por eso hoy no solo podemos conocer cómo funcionan estas salinas, también tendremos la oportunidad de acceder a ellas, recorrerlas e, incluso, aportar nuestro granito de arena.

El Valle Salado ofrece una serie de visitas muy interesantes:

1. Valle Salado: se trata de una visita muy completa donde los visitantes, grandes y pequeños, conocerán el funcionamiento de las salinas.

2. Manantiales: recorrido por la red de canales que son abastecidos por el Manantial de Santa Engracia, apreciando los distintos sedimentos siguiendo el cauce del río.

3. Taller Salinero: da la oportunidad al visitante de convertirse en un auténtico salinero, pudiendo producir su propia sal, utilizando los utensilios y aprendiendo su historia. Es ideal para hacerlo con niños.

4. Spa Salino: los visitantes tendrán la oportunidad de disfrutar del Spa Salino al aire libre, que consiste en meter los pies y las manos en las aguas saladas que proceden de los manantiales y beneficiarte de sus efectos.

5. Visita adaptada: el Valle ha diseñado un recorrido especialmente para personas con algún tipo de discapacidad, tanto motriz como visual.

6. Visitas escolares: los niños podrán acercarse hasta Salinas de Añanas para aprendar de una manera divertida y amena todo lo que rodea el proceso de producción de sal.

7. Tour Virtual: si no puedes acercarte hasta la localidad de Salinas de Añanas, no te preocupes, con el tour virtual podrás recorrer los caminos y conocer los rincones a través de fotos en 360º.

Como remate final, el Valle Salado ofrece la posibilidad de realizar una cata de sal, donde los sentidos son los protagonistas. Los tipos de sales que se producen aquí y que se pueden degustar son:

- Sal de manantial: cristales de sal de gran pureza. Potencia el sabor de todo tipo de alimentos.

- Escamas de flor de sal: láminas crujientes indicadas para dar el toque final en carnes y pescados.

- Chuzo de sal: estalactita de sal de gran calidad y pureza es rallado sobre platos finalizados.

- Sal líquida de manantial: oro líquido que brota de los manantiales y que se utiliza especialmente para pulverizar en ensaladas.

El Valle Salado fue el Segundo Mejor Rincón en 2014 y en noviembre de 2017 fue nombrado Patrimonio Agrícola Mundial.

Es aconsejable ir en los meses de verano para poder disfrutar de todo el proceso, incluso del spa, y llevar calzado cómodo y fácil de quitar. Y, si queréis contribuir a que este oficio siga vivo, visitar su tienda tanto física como online y comprar alguno de sus maravillosos productos.

Ver más
Características

Acceso a discapacitados

Actividad al aire libre

Fechas específicas

Planes originales y únicos


Categorías

Ciudades y pueblos

Cultura y tradiciones

Curiosidades

Entorno natural

Gastronomía

Historia

Ocio familiar

Comentarios

Este lugar de interés aún no ha recibido comentarios ni valoraciones... ¡Deja tu huella!

Completa tu escapada