Las termas de Alange son de origen romano anterior al siglo III d. C., denominado en esta época como Aquae, convirtiéndose desde el principio en un centro de salud y de recreo. No se conoce la fecha de su construcción con exactitud, pero los hallazgos allí encontrados nos documentan su existencia en el siglo III d. C. por lo tanto, ya existía en la época en Trajano y Adriano. 

La villa se sitúa sobre un pequeño cerro, cerca del embalse, cerca de la Sierra de Peñas Blancas. Los tres ríos que lo componen son el río Matachel, el Palomillas y el Valdemedel, que vierten sus aguas en el embalse.

El balneario original está datado del siglo III, siendo de origen romano. Es una construcción que el patricio Licinio Sereniano dedico el balneario a la diosa Juno en agradecimiento por la salud de su hija Variana. De la construcción romana original solo han perdurado dos termas circulares con techos en forma de cúpula declaradas Patrimonio de la Humanidad, aunque algunos estudios sugieren que en el primitivo balneario romano las termas se completaban con piscinas calientes y baños de vapor.

La recuperación del balneario (que se dio en el siglo XIX) que, tras la decadencia del imperio romano, otros pueblos continúan la tradición termal. Entre ellos los árabes de los que el balneario y el pueblo conservan el nombre (Alange que significa agua de Alá). Pero el balneario cayó en el olvido durante largos años y hasta el siglo XVIII no es cuando se comienza la rehabilitación de estas termas romanas. En 1863, durante la desamortización de Madoz, el balneario salió a subasta pública y fue comprado por el médico del pueblo (Don Abdón Berbén y Blanco). Además de reparar el balneario, el nuevo propietario construyo nuevas instalaciones que integra en la edificación primitiva ampliando el balneario con jardines, bañeras de mármol italiano, piscinas sobre el manantial y galerías de duchas.

El agua de Alange es mineromedicinal y es la razón de la existencia del Balneario de Alange, siendo esta la base de todos los tratamientos hidrotermales y de belleza que aquí se ofrecen. La especial composición que la forma la dota de propiedades terapéuticas que se utilizan para aliviar diferentes dolencias y proporciona descanso y bienestar.

Esta agua se origina en las capas más profundas de la tierra enriqueciéndose en su ascenso de una energía que equilibra la sensibilidad y funciones del sistema nervioso. Es empleada para afecciones del sistema nervioso, del aparato circulatorio, del aparato locomotor, del aparato respiratorio, para diferentes alergias entre otras.

En el balneario podemos encontrar diferentes tipos de tratamientos. Algunos son basados en el agua del lugar (hidrotermales) como son los baños en la piscina del Manantial, en la Terma Romana, la ducha escocesa, el baño turco o incluso inhalaciones de agua del manantial y oxigeno medicinal; o con técnicas zona seca como son los distintos tipos de masajes o cuidado de la piel.