Lugares increíbles para visitar en Palencia en familia
¡¡Feliz año nuevo!! ¿Qué tal lleváis la semana, zoomviajeros?
Comenzamos 2022 con 365 oportunidades para viajar y coleccionar grandes momentos.
Si os apetece podemos ir ideando algún plan para el próximo fin de semana y hacer una escapadita por el norte del país. ¿Qué os parece si os hablo un poco de la provincia de Palencia y os muestro algunos Lugares increíbles para visitar en la provincia de Palencia en familia?
Palencia es una de las nueve provincias que componen la comunidad autónoma de Castilla y León. Su capital, del mismo nombre, cuenta con un riquísimo patrimonio histórico-artístico, aunque también es conocida como “La Bella Desconocida”, apelativo que primero recibió su catedral y que luego se extendió a la ciudad, e incluso a la provincia. Aun así, el ayuntamiento de Palencia y la Junta de Castilla y León promovieron un proyecto cultural para dar a conocer este maravilloso edificio religioso, que fue declarado Monumento Nacional en 1929, llamado “La Bella Reconocida”.
Cristo del Otero, Palencia.
Si hay un símbolo de la capital palentina que la identifica y que puede verse desde bien lejos es el Cristo del Otero, nuestro particular Cristo de Corcovado de Río de Janeiro. El nuestro en particular es un poco más pequeño, midiendo 21 metros de altura y siendo uno de las estatuas de Cristo más altas del mundo. Se encuentra coronando un cerro cuyas vistas nos dejan admirar toda la ciudad de Palencia. A sus pies, la ermita de Santa María del Otero, donde fue enterrado el famoso escultor y ejecutor de dicha obra, y el Centro de Interpretación.
La senda del gigante del Valle Estrecho.
Se trata de una ruta que comienza en un aparcamiento señalizado, más allá de Santibáñez de Resoba y que recorre una distancia de unos 4,4 kilómetros. La dificultad es baja y la duración viene a ser de poco más de una hora. El objetivo es el Mirador de Caldacio, desde donde podemos ver la silueta del Gigante dormido del Valle Estrecho que no es más que la figura que forman las estribaciones de la Peña Redonda y que, según la leyenda se trata de un gigante que descansa esperando a su única hija que huyó de su lado para conocer otros lugares.
Cueva de los franceses.
En Revilla de Pomar existe una cueva que fue lugar de descanso de los combatientes franceses caídos durante una de las contiendas de la Guerra de la Independencia, en la que se enfrentaban tropas napoleónicas y un destacamento cántabro. A lo largo de 482 metros podremos disfrutar de un auténtico paisaje geológico formado por estalactitas, estalagmitas, pozos y columnas que, junto a la ambientación sonora y el juego de luces, hacen de esta cueva un lugar maravilloso para que grandes y pequeños disfruten de todo su esplendor.
La senda del Roblón de Estalaya.
Esta ruta nos llevará a ver a “El abuelo”. Y no se trata de ninguna persona, sino de un longevo roble de entre 500 y 800 años, cuyas dimensiones son de 12 metros de altura y 10 de perímetro, aproximadamente. ¡Todo un campeón! El paseo hasta el Roblón dura una media hora y es bastante sencillo, recorriendo casi al final un precioso bosque de robles y hayas. Aunque, si no quieres limitarte a visitar solo a este abuelete, desde el aparcamiento se puede hacer una ruta más amplia, de casi 2 horas de duración y cuatro kilómetros de distancia.
Bisontes en San Cebrián de Mudá.
No me he vuelto loca, no. En San Cebrián de Mudá existe una reserva de bisontes europeos, o Bison Bonasus, que viven en semilibertad, favoreciendo así la recuperación de este animal que, en 1927, había desaparecido casi por completo, solo quedando algunos ejemplares con la particularidad de que ninguno estaba en libertad. Hay que tener en cuenta que no es seguro ver alguno, ya que los animales viven a sus anchas en una parcela de 20 hectáreas. Pero sí existe la posibilidad, así que puedes realizar la visita a pie, en bicicleta, todoterreno o calesa de caballos.
Iglesia de los santos Justo y Pastor.
A las afueras de Olleros de Pisuerga, a orillas del río Pisuerga, se encuentra esta iglesia excavada en la roca. Fue consagrada a los santos Justo y Pastor, dos niños de 7 y 9 años que fueron ejecutados por negarse a renunciar al cristianismo. Aunque no se sabe con exactitud cuándo fue construida, sí que se puede decir que es de estilo románico. Después de los primeros moradores (monjes eremitas) la iglesia fue ampliada, lo que hizo que perdiera el encanto de esa primera ermita. Al lado de la ermita, una necrópolis rupestre deja evidenciar una serie de cuevas que podrían ser prerrománicas.
Monumento Natural de las Tuerces.
La erosión del agua ha provocado que el paisaje de las Tuerces se convierta en todo un espectáculo visual. Rocas calizas de formas caprichosas forman un laberinto que harán las delicias de los más pequeños (y de los no tan pequeños). Existen varias rutas de diferente dificultad y duración. Pero si quieres ir con niños, puedes seguir una ruta circular de 5,5 kilómetros en el que puedes ir relajadamente, salvando algún desnivel, y recorrer pasadizos dentro de este peculiar laberinto rocoso.
Sendero Cascada de Covalagua.
Esta ruta se hace en hora y media, aproximadamente. No tiene dificultad alguna y se recorre una distancia de 5,2 kilómetros, sin prácticamente desnivel. Está muy bien señalizada y comienza en Revilla de Pomar. Es recomendable acudir entre marzo y mayo puesto que la cascada lleva su máximo caudal a causa del deshielo. Está cerca de la Cueva de los Franceses y del Menhir de Canto Hito. Cerca de la cascada existe una zona recreativa y un aparcamiento cerca de la carretera.
Mina de Barruelo de Santullán.
Si quieres conocer cómo trabajaban los mineros puedes hacerlo en esta mina de carbón visitable situada a las afueras de Barruelo de Santullán. La visita dura 45 minutos y es guiada. Está formada por dos galerías de 70 metros cada una y comunicadas entre sí por dos talleres. Durante el recorrido pueden verse los huecos que se taladraban en las paredes para meter la dinamita, herramientas, vagonetas y maquinaria utilizada por los mineros. Además, a través de los altavoces se escuchan explosiones que simulan las que se producían cuando la mina cuando estaba en funcionamiento. No es accesible para sillas de ruedas ni carritos de bebés.
Castillo de Ampudia
El Castillo de Ampudia es el más importante y mejor conservado de Palencia. Se construyó en el siglo XV y es de estilo gótico. Su magnífico estado se debe a la restauración que tuvo lugar en los años sesenta por Eugenio Fontaneda, su último dueño, que coleccionó antigüedades y las dispuso en varias salas: arqueología, juguetes, armas, etnografía… Fue declarado monumento nacional en julio de 1931. Tuvo varios dueños, de los que podemos destacar al Conde de Salvatierra o el Duque de Lerma.
¿No os ha resultado entretenido el recorrido por tierras palentinas? Pues hay mucho más. Me voy a permitir añadir un lugar que seguro os gustará, sobre todo por su historia. Se trata de la Villa Romana La Olmeda, un yacimiento arqueológico declarado Bien de Interés Cultural en 2005 y que te contamos en nuestro blog.
Contadme qué os ha parecido este artículo y si te gustaría que añadiera algún lugar interesante en la lista.
Que paséis una buena semana y viajad, viajad… ¡viajad!
Descubre, disfruta … desconecta!
