Las Casas Rurales JARDINES DEL ROBLEDO han sido levantadas piedra a piedra como antiguamente se hacía: muros de carga de 50 cm de grosor y vigas labradas de castaño consiguen que la estancia recoja, en invierno, calor y aporten frescor en verano.La decoración satisface por los detalles sencillos y ocurrentes que la propia marcha de la construcción ha ido inspirando.El hecho distintivo son las vistas y el espacio abierto. Todas las Casas miran al sur sin que nada estorbe las vistas de la Sierra de Béjar, el Pico Halcón o el castañar de San Martín.Cada casa es independiente, si bien se comparten dentro de un mismo recinto el jardín, la leñera y la barbacoa, el estanque , el aparcamiento, el invernadero, el siestero…Albar, Brezo y Cantueso concebidas para albergar entre 2 y 4 personas con algún niño pequeño a mayores. De dos alturas, el espacio inferior dispone de cocina completamente equipada, salón-comedor con sofá-cama, televisión, y chimenea de leña --- y servicio, en la entrada una terraza individual para desayunar o contemplar el paisaje. En el piso superior se situa el dormitorio claramente espacioso para admitir una cama supletoria, cuarto de baño y un balcón.Jara y Retama, las más recientes y de similar hechura, están pensadas más para 2 personas: cocina y salón-comedor abajo y dormitorio y baño arriba. También disponen de terraza exterior orientada al sur.ALREDEDORES30 propuestas al menos para moverte, 30 visiones para recrearte y reconocer el espacio que rodea a Jardines del Robledo, 30 reclamos de curiosidad e interés desde lo más cercano hasta un radio de 100 kilómetros, 30 sugerencias,de momento, exceptuando las más transcendentales: aquellas que descubras por ti mismo.Si bien el pueblo de San Miguel del Robledo lo puedes recorrer con la brevedad de un paseo espontáneo, también te puedes dirigir al mirador del “Pico Halcón” o al castaño centenario del Tío Facio o recorrer las antiguas eras. Fuentegrande y El Codorro (desde donde tienes unas vistas magníficas) te llevarán algo más de tiempo, igual que la contemplación de la Peña de Francia desde El Resollano. Tal vez prefieras la llanura y caminar entre robles e isletas de pasto de los Prados del Horno.Te quedan todavía a escasos tres o cuatro kilómetros los restos de Cargamancos ( poblado que dio origen a San Miguel) y la buitrera.Si vienes con niños pequeños: el parque infantil del propio pueblo, el área recreativa del Roble Gordo (conhuecocasicabañaparametersedentro) con la charca del Cucharero. El área recreativa de la Piñuela tampoco está lejos.Claro que tampoco necesitas mucho más si te quieres quedar en cualquiera de los rincones de Jardines del Robledo leyendo, escuchando música, …el silencio, y contemplando las vistas. Por alguna razón toda la zona ha sido declarada recientemente Reserva de la Biosfera.-Proximidad-Uno de los grandes atractivos de la zona, aparte del paisaje, es la red de Conjuntos Históricos (un total de 5) en un circuito apenas de 30 kilómetros: San Martín del Castañar, La Alberca, Mogarraz, Miranda del Castañar y Sequeros.Tienes también rincones que ver en Villanueva del Conde, Garcibuey, Cepeda, Monforte… Cuando subas al mirador de la Peña de Francia, llégate hasta Monsagro por el Paso de los Lobos.Batuecas es sitio apacible como para dejar el coche e internarte desde el monasterio, rio arriba, siguiendo el hilo cristalino del agua hasta donde te plazca. Al volver por Sotoserrano tienes una foto espectacular de los meandros del río Alagón en Riomalo de Abajo.Al igual que Batuecas tienes otras opciones para andar: Ruta marcada del Asentadero de los Curas, Camino del Pontón o de las minas romanas de las Cavenes.La casa del Parque de Batuecas programa actividades puntuales, así como los distintos centros de interpretación de la zona, especialmente el teatro León Felipe, a tan solo 3kmts. en Sequeros.-Algo más lejos-Si no te importa coger el coche, en lo que dura una atasco en Madrid puedes estar en Béjar y Candelario o en la estación de nieve de la Covatilla. El barrio judío de Hervás, el pueblo reconstruido de Granadilla o Montemayor del Río ,merecen el recorrido de un día. Asimismo, por el sur, el paisaje abrupto de las Hurdes con la cascada de agua del Gasco y, recuerda, los meandros del río Alagón.Al oeste tienes Ciudad Rodrigo y si te atreves a cruzar la frontera hasta el pueblo fortificado de Almeida degustarás un buen bacalao.No toda la zona oeste es campo charro donde contemporizar con el toro bravo en su habitat natural, sino también los cortados de las Arribes o la ruta de los castros de Yecla de Yeltes, Saldeana, Las Merchanas…Al norte, la sierra de las Quilamas con el Cervero y la Hombría y, por supuesto, Salamanca, patrimonio de la humanidad.Cuando estés entre nosotros te detallamos todas estas opciones, al igual que dónde comer, qué productos comprar, etc…JARDÍNMás de 350 especies distintas componen el muestrario de plantas de Jardines del Robledo, de manera que los habitantes de las casas siempre tienen a la vista una profusa vegetación que va acompañándonos con una floración encadenada a lo largo de las cuatro estaciones.La situación privilegiada de las casas (orientación sur, en una pequeña ladera y al extremo del pueblo) abre la perspectiva sobre el paisaje como una continuidad del propio jardín.- El jardín de frutos: A su debido tiempo, entreverados en el jardín, va apareciendo una amplia diversidad de frutos comestibles. Cerezas, guindas, frambuesas, fresas, moras,… almendras, nueces, grosellas, arándanos…, tratados de forma ecológica, satisfacen el anhelo arcaico de probar nuevos sabores tomando los frutos de la propia planta.- Taller-invernadero: La afición por mantener siempre vivo el jardín así como transmitir parte de ese entusiasmo al visitante, nos lleva a mantener un pequeño taller-invernadero dentro del recinto de las propias casas donde el visitante puede plantearse la experiencia de multiplicar mediante esquejes alguna de las plantas que le guste.- El jardín animado:No es de extrañar que en cuanto alguien llega a las casas, inmediatamente salga a recibirle un comité de bienvenida formado por el pequeño Balú (perropuronerviosiempreelprimero) seguido del pachón Don Gato. Ambos, siempre dispuestos a trabar amistad, se ganan el mimo de los amigos de los animales, siendo respetuosos con aquellos que prefieren guardar las distancias. Si se sigue la pista, el “animalario” se amplia con peluso, albo, madraza…, todos ellos habitantes de Jardines del Robledo donde campean con naturalidad y sostienen los alrededores limpios de bichos no tan agradecidos. Así, los queridos animales de nuestros visitantes son bienvenidos.