Descripción
El Rodeno dispone de cinco habitaciones de estilo rústico situadas en el casco antiguo de la ciudad de Albarracín.Entra y sumérgete en la leyenda de Albarracín, disfruta de unas habitaciones con verdadero encanto.HABITACIONESDON MARTÍN ALMAGRO BASCH
Según el Decreto canónico, los sellos episcopales, con los cuales se sellaban los documentos de mayor valor expedidos por el Obispo, eran destruidos al cesar su propietario en el gobierno de la diócesis, para prevenir el riesgo de que pudieran falsificar documentos. El enigma de la historia radica en el verano de 1953, cuando el Doctor Martín Almagro Basch le compra a un comerciante de metales viejos de Albarracín la matriz del sello perteneciente al Obispo de Albarracín y Segorbe Don Luis Juan del Milá, abriendo así el debate: ¿por que no fue destruido el sello?DOÑA BLANCA DE NAVARRA
Se cuenta que la infanta Doña Blanca, emprendió la huida de Aragón, temerosa de los celos y los miedos que le tenia su cuñada, la reina. De esta forma, llegó hasta Albarracín, donde la familia Azagra, dueña y señora de la población, le acogió con aparente hospitalidad. Sin embargo, nadie volvió a ver con vida a la infanta, y se dice que fue encerrada en una torre de las murallas, la que hoy conserva su nombre, donde murió de tristeza. Existe la creencia de que su apenada alma, todavía habita en la torre, de la que sale en las noches de luna llena, para bajar a bañarse en el río.DON PEDRO RUÍZ DE AZAGRA
Albarracín comenzó su etapa como reino independiente cristiano, tras cambiar su nombre Ben Razín por el de Albarracín. El rey moro de Valencia y Murcia, Mohamed Ibn Mardanís , "el Rey Lobo", tras un acuerdo con Sancho VI "el Sabio", rey de Navarra, cede al navarro Pedro Ruíz de Azagra, caballero cristiano, la ciudad con su comunidad y aldeas, por los servicios prestados. El rey moro lo había arrebatado a los Banu Razín y ambos reyes trataban así de defender sus posesiones contra el ataque de Castilla o Aragón.DOÑA ISABEL DE SEGURA
Juan Diego de Marcilla, segundón de un familia noble, e Isabel de Segura se querían desde niños.Diego decidió pedirla en matrimonio. Pero el padre de Isabel, al no ver claro el futuro económico de la pareja, le pidió al joven que volviera más adelante pero con riquezas. Entonces Diego llegó a un pacto, él se iría a las Cruzadas en busca de fortuna pero Isabel le esperaría durante cinco años sin casarse con otros. En esos cinco años, el padre de Isabel no paró de incitar a su hija para que se casase con el potentado Pedro Fernández de Azagra. Ella, terca, mantuvo su promesa y se resistía, pero a punto de concluir el plazo vio que se tenía que casar con el pretendiente propuesto por su padre. De esta manera comenzaron los preparativos para celebrar la boda el mismo día que expiraba el plazo. Precisamente en ese mismo día regresó a Teruel Diego de Marcilla, aunque con la boda ya celebrada. Aún así consiguió reunirse a solas con Isabel y le solicitó un beso, pero ella se lo negó porque ya estaba casada. Entonces murió en ese mismo instante apenado por su fracaso. Al día siguiente, se celebraron los funerales por el joven y allí acudió Isabel, la cual quiso darle una vez muerto el beso que le había negado el día anterior. En realidad, ella seguía enamorada y por eso al besarle cayó desfallecida y muerta sobre el cadáver.DON DIEGO DE MARCILLA
Juan Diego de Marcilla, segundón de un familia noble, e Isabel de Segura se querían desde niños.Diego decidió pedirla en matrimonio. Pero el padre de Isabel, al no ver claro el futuro económico de la pareja, le pidió al joven que volviera más adelante pero con riquezas. Entonces Diego llegó a un pacto, él se iría a las Cruzadas en busca de fortuna pero Isabel le esperaría durante cinco años sin casarse con otros. En esos cinco años, el padre de Isabel no paró de incitar a su hija para que se casase con el potentado Pedro Fernández de Azagra. Ella, terca, mantuvo su promesa y se resistía, pero a punto de concluir el plazo vio que se tenía que casar con el pretendiente propuesto por su padre. De esta manera comenzaron los preparativos para celebrar la boda el mismo día que expiraba el plazo. Precisamente en ese mismo día regresó a Teruel Diego de Marcilla, aunque con la boda ya celebrada. Aún así consiguió reunirse a solas con Isabel y le solicitó un beso, pero ella se lo negó porque ya estaba casada. Entonces murió en ese mismo instante apenado por su fracaso. Al día siguiente, se celebraron los funerales por el joven y allí acudió Isabel, la cual quiso darle una vez muerto el beso que le había negado el día anterior. En realidad, ella seguía enamorada y por eso al besarle cayó desfallecida y muerta sobre el cadáver.